
Son aquellos lugares con alteración electromagnética tanto natural como artificialmente. Ante las radiaciones nocivas nuestro organismo adopta una actitud defensiva, tensándose muscularmente y segregando inmediatamente sustancias internas para contrarrestar el impacto negativo de dicha agresión. Pero cuando la permanencia es prolongada, nuestro sistema inmunológico, desbordado, comienza a perder eficacia debilitándose. Dando lugar a trastornos y enfermedades que pueden derivar en patologías y finalmente en procesos crónicos o degenerativos, especialmente cuando se trata del lugar donde dormimos.
Foto: Dusty Smith
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